Compresores de aire: funcionamiento y consejos para elegir uno
El uso de compresores de aire es muy habitual, tanto a nivel doméstico como en diversas industrias. En un taller se puede decir que es una herramienta imprescindible, ya que tiene multitud de usos. Entre ellos, se emplea para accionar herramientas de apriete, pistolas de pintura o sopladores de presión. Hablemos primero sobre el funcionamiento de estas máquinas, y después veremos algunas características a tener en cuenta para escoger el compresor adecuado.
Funcionamiento de los compresores de aire
Los compresores de aire funcionan convirtiendo la electricidad producida por un motor en aire comprimido a alta presión. Esta presión se puede regular para adaptarla a las herramientas o maquinaria a la que se conecta el compresor.
El motor, que puede estar conectado a la red eléctrica o funcionar con combustible, genera energía mecánica, que activa una turbina aspiradora. Esta turbina almacena el aire en un tanque, donde se mantiene a presión hasta que se deja salir.
Los compresores industriales pueden incorporar una correa de transmisión, con la que se aumenta la potencia para desarrollar tareas de mayor envergadura.
Después de saber cómo funcionan los compresores de aire, podemos hacernos una idea más clara de los usos que se les pueden dar. Hinchar los neumáticos, pintar con pistola o apretar cualquier tipo de tornillo con la presión adecuada es posible, siempre que se utilice el accesorio adecuado.
Compresores según la potencia que generan
Uno de los factores que se deben analizar cuando se busca un compresor es la potencia que es capaz de generar, ya que de ello dependerá el tipo de trabajos que se pueden realizar. Podemos clasificarlos en tres tipos.
Los compresores con una potencia de 2 CV más o menos se clasifican como domésticos. Suelen ser los más económicos y su uso es adecuado para realizar tareas de limpieza o hinchado de neumáticos, por ejemplo. Si no se le va a dar un uso muy intensivo o las tareas que se van a realizar son estas, puede ser la mejor opción.
En la parte media encontramos con compresores de aire que generan hasta 4 CV de potencia. Tienen un peso mayor que los anteriores, además de que suelen contar con un depósito más grande. Para facilitar el traslado, lo normal es que incorporen ruedas y un asa.
Los compresores de mayor potencia están reservados a realizar trabajos profesionales de envergadura. Se usan para hacer funcionar herramientas de corte, cabinas de pintura y otros trabajos que exigen un mayor esfuerzo y duración.
Cómo elegir el compresor adecuado
A la hora de tomar una decisión, es importante tener en cuenta algunos aspectos de los compresores de aire. El primero es el tipo de tareas para el que se necesita. No es lo mismo usarlos en un taller de neumáticos que en unas instalaciones en las que se realizan otros trabajos, como chapa y pintura.
Además de la potencia que genera el compresor, es importante comprobar la capacidad de compresión que tiene, junto al tamaño del tanque. Esta capacidad se suele medir en litros por minuto. La presión a la que es capaz de trabajar el equipo, así como la potencia que genera marcan la cantidad de aire que es capaz de producir.
La presión a la que trabajan los accesorios está normalizada, por lo que es bueno revisar el estándar y asegurarse de que se ajusta al ritmo de trabajo. En caso de que se vayan a utilizar diferentes accesorios, lo mejor es escoger uno con mayor potencia y capacidad, que nos permita trabajar con varias de ellas conectadas a la vez sin que haya problemas.
Otro detalle que se debe analizar es el espacio disponible para colocar el compresor. Este es un factor que se suele obviar, ya que lo normal en un taller es que haya sitio de sobra, aunque puede que el tamaño de este no se ajuste al sitio en el que se pensaba colocar. En caso de que se necesite un equipo fácil de mover, lo ideal es buscar compresores de aire que tengan ruedas, ya que incluso los más pequeños, una vez cargado el depósito de aire a presión, pueden ser bastante complicados de mover.
Precauciones a la hora de utilizar un compresor
Al igual que ocurre con otras herramientas, los compresores de aire deben usarse del modo adecuado para evitar incidentes. Hay que tener en cuenta que el aire comprimido no es un simple soplo de viento, sino un potente chorro que puede causar lesiones e incluso accidentes mortales. Por ello, es fundamental hacer un uso responsable.
Nunca deben hacerse bromas con el compresor. Un disparo de aire a presión puede provocar daños en ojos y tímpanos, llegando incluso a causar hemorragia cerebral. Por esta razón también se recomienda utilizar equipo de protección como gafas o guantes.
Antes de empezar a trabajar con el compresor, se debe revisar que las conexiones se encuentren en buen estado. Una manguera que no esté bien ajustada puede soltarse y dar golpes muy fuertes.
En cuanto a la manguera, se debe revisar que no haya nada que impida el flujo de aire, como peso encima de ella o un nudo. No es recomendable cortar el flujo doblando la goma, sino que hay que cerrar la válvula para mantenerlo todo controlado.
En caso de fuga, la presión del aire puede hacer explotar el depósito. Por ello se debe revisar regularmente que no haya ningún defecto en las soldaduras o alguna grieta.
No conviene colocar el compresor muy cerca de una pared o algún objeto. El motor necesita una buena refrigeración, de modo que hay que procurar dejar espacio libre para que el ventilador pueda coger aire. Aproximadamente medio metro alrededor del equipo.
Una vez que se ha terminado de usar, tanto las boquillas como las mangueras deben limpiarse. Así se evita la acumulación de residuos, que pueden afectar tanto al buen funcionamiento de los compresores de aire como a la seguridad de uso.
Sea cual sea la necesidad que tengas, en nuestro catálogo de compresores de aire disponemos de un surtido con el que podrás cubrirlas todas.