LA FORMA CORRECTA DE COMPROBAR LA PRESIÓN DE LOS NEUMÁTICOS
Son muchos los conductores que antes de realizar un viaje largo, llevan a cabo una comprobación tanto en su domicilio como en la estación de servicio, de los neumáticos del coche. Hay otros muchos, pasan del asunto y no se encargan de realizar, una tarea tan sencilla como esta. Es recomendable realizar la comprobación de la presión de los neumáticos, ya que evitamos males mayores y al mismo tiempo, nos da la tranquilidad de conducir seguros y, sobre todo, nos proporciona confort.
Con una buena presión de neumáticos se evitan posibles reventones en todos y cada uno de ellos que al mismo tiempo soportan un peso.
LA PRESIÓN ADECUADA PARA LOS NEUMÁTICOS DE MI COCHE
Una cosa que debemos saber es que no existe la misma presión para los neumáticos de todos los coches, puesto que cada uno tendrá una recomendación concreta según las características. Como aseguran desde RACE, un neumático cuya presión oscile entre 2 y 2,5 bares está dentro de un rango normal de inflado. Actualmente, es más fácil averiguar si un neumático tiene la presión baja. Desde finales de 2014, todos los coches matriculados en nuestro país cuentan con unos sensores específicos, encargados de medir la presión de los neumáticos.
COMO REALIZAR LA COMPROBACIÓN
Lo ideal es revisar la presión una vez al mes y especialmente si vamos a realizar un largo viaje o tenemos que transportar una carga adicional. Las comprobaciones siempre antes de comenzar un viaje y no durante el mismo. El incremento de la temperatura de los neumáticos, provocada por el rozamiento de la goma con el asfalto, hace que la presión suba. Esto haría que la lectura no fuese correcta. La revisión, siempre con los neumáticos fríos.
Las presiones se hacen usando un manómetro, en casa o en la estación de servicio. Un instrumento por el que nos pueden pedir una cantidad pequeña, en las gasolineras. Sólo tenemos que quitar el tapón del extremo de nuestra válvula de aire y luego situar el medidor presionando hacia abajo de una forma rápida y firme. Todo ello, hasta que el aire deje de escarparse.
En nuestro medidor la lectura se mostrará principalmente en kg/cm2, por lo que tendremos que compararla con la recomendada por el fabricante. Si resulta ser superior, con sólo dejar escapar un poco de aire es suficiente. Es recomendable también, revisar la presión de nuestro neumático de repuesto. Está pensada para circular a una velocidad máxima de 80km/h y una presión entre 3,5 y 4,5 bar.
¿Y SI RESULTA QUE LA PRESIÓN ES SUPERIOR A LA RECOMENDADA?
Si hinchamos los neumáticos por encima de la presión recomendada, notaríamos una pérdida de confort. El coche perdería capacidad de absorción de baches e irregularidades en el asfalto. Otra consecuencia la tendríamos a la hora de frenar, ya que al menor el contacto con la carretera la distancia de frenado, sería mayor.
¿Y SI FUERA INFERIOR?
Se notaría en el consumo de combustible puesto que, al tener mayor rozamiento con el suelo, el desgaste sería mayor. Al mismo tiempo la temperatura interior subiría y podría provocar que la carcasa se debilite y surjan daños en la goma y un posible reventón. Todo, sin olvidarnos que el coche no puede jugar una mala pasada. La conducción se volvería más difícil y podemos perder el control del vehículo. Cabría también el riesgo de aquaplaning.